En PANZA en Vivo, Marcos Álvarez presentó El nombre de Jesús, un tema que se convierte en un canto de proclamación, poder y fe. Con fuerza, devoción y una letra contundente, la canción declara el señorío de Jesús y el poder que hay en su nombre.
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Hay canciones que no solo se escuchan, se declaran. El nombre de Jesús, interpretada por Marcos Álvarez en PANZA en Vivo, es una de esas. Desde los primeros acordes, la canción se convierte en una proclamación poderosa del señorío y la autoridad de Jesús sobre toda circunstancia.
Con un ritmo sólido y una letra cargada de significado espiritual, Marcos canta sobre la identidad de Cristo: el Verbo, el Hijo de Dios, el Cordero inmolado. Cada estrofa enfatiza una faceta de su poder: sana al enfermo, rompe cadenas, calma el mar, libera al cautivo.
Lo que hace especial esta canción es su capacidad para combinar una declaración doctrinal con una experiencia vivencial. No se trata solo de quién es Jesús, sino de lo que puede hacer en el presente: sanar, vencer, salvar. La repetición de su nombre a lo largo del tema no es redundancia, es reafirmación de fe.
La interpretación en vivo tuvo una fuerza particular. Con entrega total, Marcos Álvarez sostuvo cada palabra con firmeza y sensibilidad, generando un ambiente cargado de espiritualidad y conexión. El público no solo escuchó, acompañó. Y eso convirtió la canción en un momento de unidad y adoración colectiva.
El nombre de Jesús es mucho más que una canción. Es un himno que recuerda que hay esperanza, hay sanidad, hay victoria… y todo está en un solo nombre.
